El turismo es una industria esencial que continúa evolucionando en sintonía con las necesidades y expectativas cambiantes de los viajeros. Todo apunta a que los alojamientos vacacionales, como hoteles, casas rurales y apartamentos, vean cifras de ocupación que oscilen entre el 80% y el 90% en las áreas más turísticas del país. Sin embargo, a pesar de esta perspectiva positiva, los expertos advierten que se requieren ajustes y modificaciones en los alojamientos para garantizar la movilidad y el confort de los turistas.
Alberto Badás, director de marketing de Stannah España, una empresa líder en soluciones de movilidad, insiste en que «la accesibilidad se convierte en un factor diferenciador frente a la competencia. Es esencial que todos los alojamientos cuenten con un mínimo de medidas accesibles para mejorar la calidad del servicio». Las adaptaciones para garantizar la accesibilidad, como las rampas o las sillas salvaescaleras, ya no son una opción, sino una necesidad. La tendencia actual se inclina hacia la creación de espacios totalmente accesibles para todos.
A la hora de garantizar la accesibilidad física a todas esas personas que cuenta con algún tipo de movilidad reducida, desde la empresa Stannah proponen tres medidas fundamentales con la que mejorar cualquier alojamiento vacacional.
1. Superar los desniveles
Suele ser habitual que, a la hora de viajar, el alojamiento elegido cuente con desniveles que pueden suponer un obstáculo para todas aquellas personas que cuentan con algún problema de movilidad. Esta situación se da tanto en casas de varios pisos, hoteles o en bloques de apartamentos.
En estos casos, es importante adaptar los espacios para evitar el uso de las escaleras. En este sentido, nos podemos encontrar diferentes soluciones que van desde las tradicionales rampas hasta la instalación de ascensores, incluso dentro de la propia vivienda.
Estos mecanismos ofrecerán un plus a esos alojamientos, proporcionando mayor confort para todos sus inquilinos. En estos casos, la rapidez de actuación es vital para evitar molestias. Según comentan desde Stannah, sus productos son instalados en pocas horas y sin necesidad de realizar ningún tipo de trabajo de albañilería.
2. Adaptación de las zonas exteriores
Si nos fijamos en las zonas exteriores de los alojamientos, como puede ser el jardín o la zona de piscina, estas suelen contar con desniveles y superficies irregulares que requieres de adaptación para personas con problemas de movilidad.
Aquí, lo más recomendable, es la creación de un camino completamente adaptado, que no cuente con ningún tipo de obstáculo para facilitar el acceso. En el caso de las piscinas, es posible instalar elevadores y escaleras anchas con pasamanos antideslizantes.
Las áreas de jardín y piscinas a menudo presentan desniveles y superficies irregulares que necesitan adaptación. Se recomienda crear un camino adaptado, amplio, liso y sin obstáculos, para facilitar el acceso. En el caso de las piscinas, se pueden instalar elevadores y escaleras anchas con pasamanos antideslizantes.
3. Eliminar obstáculos
La tercera medida sobre la que habría que trabajar sería la eliminación de los obstáculos. Mantener los pasillos y otras áreas libres de obstáculos es crucial para prevenir caídas y facilitar la movilidad. Eliminar alfombras y cables sueltos en el suelo también puede ayudar a reducir el riesgo de tropiezos.
Además de lo comentado, también es importante trabajar en otras formas de accesibilidad como puede ser la cognitiva o la sensorial. De esta forma, además de instalar sillas salvaescaleras o elevadores, sería recomendable el uso de textos y señalización para facilitar la compresión de todos.
Llevando a cabo estas medidas de actuación, el sector turístico estaría listo para ofrecer espacios mejor adaptados para las personas que cuentan con problemas de movilidad, ofreciendo una mejor experiencia para todos los turistas. Sin duda, la accesibilidad es un elemento diferenciador que, además de mejorar la calidad del servicio, contribuye a una integración total de todos los espacios.