Las nuevas tendencias en la decoración tienen un denominador común: sacar el mayor partido de los elementos naturales. Maderas, fibras, roca y, especialmente, la luz. La iluminación natural es cada vez, un factor más importante de la decoración: matizada por telas, multiplicada y dosificada por el efecto de los colores profundos y fríos, utilizada como climatizante o potenciada en su belleza por la cristalería. Lo que nunca se nos había ocurrido es hacerla parte de una cama.
Mezcla de arquitectura y decoración, esta cama del despacho italiano Lagostudio hace de la luz natural una protagonista que recibe al día con un toque de belleza y gracia. Colocada sobre una abertura en la pared, sustentada por ranuras, la cama flota sobre la luz que inunda el dormitorio en las primeras horas de la mañana.
A pesar de lo poco ortodoxo de la propuesta, es una idea a considerar que nos retrotrae a épocas anteriores a la energía eléctrica, cuando la luz debía ser aprovechada en toda su intensidad. Las ranuras y aberturas eran entonces las fuentes de las que la casa bebía la luz, y juego como el de esta cama eran habituales.El efecto conseguido, en todo caso y en una mañana luminosa, es mágico y romántico. Ideal para el dormitorio matrimonial.