Si estás buscando una paleta de colores que te den el mejor juego para los días calurosos por venir, y que además de aportar estilo, refresquen tus ambientes, hay dos colores cuya unión crea una paleta fresca, versátil, clásica: blanco y azul.
El blanco como fondo en muebles y telas. Refleja la luz y refresca el ambiente, y permite sacar más partido de la luz natural. No temas usarlo en excesos: el blanco es un color que ofrece matices según la superficie sobre la que se encuentre. Nunca será el mismo dos veces.
El azul como complemento. En una proporción de 70-30 con el blanco. Te permite enfriar al neutro, y le da peso, a la par que serenidad. Al estar juntos, además, el azul contagia de su gama al blanco, y el resultado es un tercer tono, que destella suavemente en tu habitación.
Armonía y equilibrio en frescura: blanco y azul frío, la mejor combinación para este verano.