Como resultado de sus 30 años de guerras, Camboya está plagada de armas de fuego. En los últimos años, el Gobierno se ha empeñado a fondo en lavar la imagen del país reduciendo considerablemente el número de éstas, a veces, destruyéndolas en ceremonias públicas.
Desde 1999, el Gobierno camboyano ha logrado decomisar alrededor de 200.000 armas, desde rifles de asalto a metralletas, lanzagranadas o pistolas.
Hace algunos años, un proyecto llamado Arte y Paz, creado en 2003 por Neil Wilford, un especialista independiente en armas y la artística británica Sasha Constable en colaboración con el gobierno del país, promovieron esta nueva forma de reciclaje de armas de fuego para convertirlas en muebles o simplemente en esculturas artísticas. El concepto de transformar las armas en algo artístico o funcional es el fin último de este proyecto y como lección vital nos conciencia acerca del sinsentido de las guerras y la destrucción que provocan. Destrucción a cambio de creación.
En una bodega de techos altos ubicada a las afueras de la ciudad de Phnom Penh, capital de Camboya,un grupo de estudiantes golpean, soldan y dan forma a la guerra. Son estudiantes de la Universidad de Arte de la ciudad, y desde luego para ellos se trata de una importante lección. El diseño y el arte también tienen la capacidad de poder sensibilizar a una sociedad.
Fuente : Peace Art Proyect Cambodia