Lo quiero. Lo necesito ya. Porque desde que me leí el primer libro de Canción de Hielo y Fuego siempre he querido sentarme en el Trono de Hierro. Y ahora que lo venden para todos los que quieran comprarlo, es que tengo que hacerle un sitio en mi salón. Como ves es una réplica perfecta del Trono de Hierro que hemos podido ver en la serie Juego de Tronos, no le falta ni un detalle.
Bueno, en realidad sí. Porque no está hecho con las espadas de los enemigos de Aegon Targaryen, sino con fibra de vidrio tratada pintada. ¿Pero a que el efecto es muy real? No sé si será muy cómodo o no – el Trono de verdad es puntiagudo, para que los reyes que gobiernan los Siete reinos no se confíen – pero no me negarás que quedaría fantástico presidiendo la mesa del salón. ¡Es estupendo para disfrutar de Danza de Dragones! O mejor aún, delante de la tele, para disfrutar de tus series favoritas… ¡O en el despacho! Aunque tal vez intimidaría un poco a los empledos, ¿no?
El proceso de fabricación de este sillón es arduo y complicado. Tanto que es necesario un brazo robótico que esculpa, una a una, todas las espadas que componen el trono. Después se trata para darle un acabado metálico y ya está. Un sillón digno de un rey. Lo malo de esto, como todos los objetos de coleccionistas frikis, es el precio. Vale 30.000 dólares, unos 24.000 euros al cambio, euro arriba, euro abajo, así que creo que voy a conformarme con mi sillón de toda la vida…
Vía: ChipChick