Una de las cosas que más me gustan de los trampantojos es como logran confundir.
Es necesario fijarse para saber si lo que vemos ¿es realidad o ficción?.
Y es que ese es el propósito de este tipo de pinturas a la que por cierto se le ha puesto un nombre perfecto trampa para el ojo.
Un trabajo para expertos con unos resultados maravillosos tanto para el exterior como para el interior.
Mury, un beso