La calidad del sueño es un valor esencial para el bienestar de una persona y esto incluye muchos aspectos y detalles del lecho elegido para dedicar las horas de descanso, especialmente por la noche. La búsqueda de un formato óptimo abarca diferentes factores, entre los que se debe tener muy en cuenta los cabeceros a medida. Es el elemento que aporta estabilidad y consistencia, tanto en el somier como en el colchón, y que abarca, además, un importante componente estético. Motivos que llevan a cada vez más usuarios a invertir tiempo en elegir el tipo ideal para su habitación.
El primer paso para elegir el cabecero de cama ideal es conocer con precisión su funcionamiento. Al equilibrio y el apartado estético, se suma el hecho de que es una pieza fundamental para proteger del frío y aislar de los ruidos. En ese sentido, hay que saber qué factores externos pueden afectar al descanso y cómo se pueden minimizar a partir de esta elección. Las medidas de la cama, así como el total de las dimensiones de la habitación, son otros factores clave para elegir el modelo ideal y buscar la extensión más adecuada del cabecero. Estos ingredientes se combinan con la elección del material, que persigue, por un lado, la vertiente armónica con los colores y formas del entorno; y por otro, la búsqueda de la eficiencia de acuerdo con la habitual temperatura ambiente de la casa.
Si en la habitación contigua, que puede pertenecer a otra vivienda, son frecuentes los sonidos que pudieran perturbar el sueño, entonces hay que buscar un cabecero amplio, tapizado en Danubio o Sena, que ocupe bastante más espacio del ancho de la cama. El objetivo es cubrir una parte considerable de la pared, de manera que contrarreste los posibles ruidos para que estos no signifiquen una alteración. El panel modular 40×120 centímetros representa una opción eficaz y funcional para este tipo de situaciones. Está en el grupo de cabeceros tapizados que han sido diseñados con piezas grandes que se pueden colocar en una distribución horizontal o vertical, por lo que el usuario tiene la posibilidad de adaptar la forma a sus necesidades. Otras opciones, menos invasivas, son las medidas de 20×120 y 30×90. Ambas tienen el tamaño adecuado para proteger la cama de elementos externos. Estos modelos son ideales para camas dobles.
Espacios pequeños e individuales
Quien tenga una cama individual, puede reducir considerablemente el tamaño y buscar, por ejemplo, un cabecero moderno del modelo 60×60, que cubre la totalidad del ancho del colchón. El sistema modular permite la colocación del panel a cualquier altura de la pared, por lo que este material tapizado se coloca justo detrás de la cabeza. Las camas pequeñas también contemplan el cabecero de la dimensión 20X40, una opción más económica que no pierde funcionalidad, y que resulta ideal para habitaciones de tamaño reducido. Para espacios más amplios, el 40×80 gana en funcionalidad y decoro, ya que se puede colocar de tal manera que sobrepasa los límites laterales del colchón, aportando así un toque de diseño y elegancia a la habitación.