Una de mis intenciones en el blog es que conozcais a diseñadores y pioneros en el arte de la decoración. Por eso quiero hablar de una de las pioneras en España. La información que viene entre comillas y en cursiva (la he dejado tal cual se encuentra), la he obtenido de su página www.isabelgtapia.com/decoracion-de-interiores/, es solo un pequeño esbozo para introducidos en el conocimiento de esta mujer. Ella narra sus propias experiencias de las que estas son un pequeño ejemplo, sería muy interesante que la visitarais y obtener toda la información.
Isabel García Tapia decoradora de los 80 sus trabajos los disfrutan muchas personas entre las que se encuentran políticos y artistas.
«En la década de los 80 eran muy pocos los que se planteaban contar con los servicios de un decorador cuando tenían que reformar sus viviendas, cambiar sus interiores o construirse una nueva casa.En el inconsciente colectivo estaba todavía fuertemente arraigada la imagen de los interioristas �??DIVINOS�?� a los cuales solo podían acceder los pocos elegidos que por razones económicas y/o culturales…»
Fundó hace más tres décadas su estudio de decoración en Madrid. Podemos encontrar cinco divisiones dentro de su empresa: Taller de Diseño y Arquitectura Interior, Estudio de Decoración, Marca, Simbiosis y Fábrica.
«Me gustaría aclarar el compromiso que me tracé desde siempre con mi trabajo y con la sociedad en la que vivía. Lo mismo que consideraba que había que conservar lo que fuera de interés para las siguientes generaciones, también era obligado llevar a todos los niveles sociales el concepto �??calidad de vida�?�. No era empeño fácil; no se entendía la decoración más que como un lujo .Yo quería hacer casas bellas pero quería que fueran prácticas, que determinadas esclavitudes se acabaran. Quería tiempo libre para las mujeres, pero no para perderlo sino para que pudieran trabajar y reflexionar sobre sus ataduras»
Diseños de muebles, espacios y telas. Isabel fue pionera la creación de fundas lavables para sofás.
«Los colores, por ejemplo, para mi son emociones, sentimientos que me hablan de las personas… Esto me obliga a teñir mis telas… Y, como es lógico, la primera interrogante me vino a la mente: ¿satisfacía éste mis exigencias cromáticas? Luego me asaltaron otras dudas de orden práctico: Las telas habrían de soportar el lavado. Los niños tenían que poder usarlas y, en el caso de que se mancharan, tal peripecia no debería constituir un problema ni un drama. En aquel momento hablar de telas lavables en tapicería era un sacrilegio. Sin embargo, para mi este asunto carecía de fundamento y, por el contrario, estaba sobrado de prejuicios. Tenía que hacer la tapicería desenfundable.»
Unos ejemplos de sus trabajos
Para opendeco.es, Mury. Un beso