Los mosaicos se realizaban en los palacios y templos romanos decorando paredes y suelos.
Los motivos dependían de las estancias en las que estuvieran ubicados, pero generalmente los dioses no flataban en las escenas que representaban.
Los elementos que se empleaban para realizar los mosaicos eran pequeñas piezas de piedra cuya cualidad era tener diferentes tonos y colores, así podían recrear plantas, animales, personas y dioses con gran colorido.
Los mosaicos no son muy comunes hoy , pero como antaño pueden recrear cualquier imagen que deseemos realizar, incluido un retrato.
Mury, un besito