Como ya lo habíamos señalado, el blanco es la tendencia de esta temporada, con su serenidad y simplicidad y su realce de las texturas y los materiales. Un ejemplo: este dormitorio decorado por la firma Burnham Design, en blanco atemperado con un frío azul.
La sensación que produce es de amplitud y serenidad, y a un primer vistazo, el manejo del color resulta engañoso, y el blanco toma diferentes tonos, gracias a un uso diversificado de las telas: ligeras para las cortinas, algodón crudo para el cobertor, lisa para la banqueta y una alfombra de generosas cerdas de lana. El blanco toma grises o destella, según la textura que le corresponda.
El contrapunto: un azul frío que toma la pared del cabecero y salta a elementos muy concretos, los cojines circulares, el cuerpo de la lámpara de pie y el atractivo sofá lounge. Estos toques monocromáticos contienen al blanco y los vuelven más sólido y enérgico. El toque moderno: las franjas azules del cabecero se continúan sobre el techo, y contienen la ilusión de amplitud del blanco.
Un deliciosa muestra de las posibilidades del blanco, nuestro color invernal.
Vía | Freshome