Creo que todos nos imaginamos la habitación de nuestro bebé en tiernos colores pasteles, llenas de encaje y suaves dibujitos de animales,¡toda una ternura!. Y es que no es para menos lo que nos inspira nuestra criaturita, ahora que la tenemos en nuestros brazos.
Sin embargo, y sin ánimo de desilusionar a nadie, esas pequeñas cositas, tan tiernas y desvalidas, crecen. Y para nuestro pesar muy, pero que muy rápido. Ese dormitorio quedará en uno o tres, años como máximo, inapropiado para el pequeñ@ mosntruit@ que empieza a aparecer. Con otras necesidades espaciales, de almacenaje y sobretodo de estímulos.
A mi parecer, y soy muy práctica, la habitación que deberíamos elegir seria para un adolescente, pero decorada para bebes. Lo que nos ahorrará quebraderos de cabeza al tener que cambiar el cuarto a los tres años, a los seis, a los diez, a los trece, a los dieciocho y a los veintitrés. O sea unas siete habitaciones diferentes adecuadas a sus necesidades y gustos.
Las firmas de muebles te ofrecen una amplia gama de muebles que crecen con el niño evitándote el trajín de los cambios. Sólo queda que elijas aquel que se adapte a tu gusto.
De vivos colores, en madera natural, con motivos infantiles y porque no en blanco y negro. La de mis hijos eran camas de tubo negro alegrada con los ricos colores del parchís.
Para opendeco.es, Muri. Un beso