Seguramente guardes en tu desván alguna de esas viejas sillas de acero plegable, ya que se tratan de esos muebles básicos que toda familia ha poseído alguna vez. Pero lo curioso es que, por más oxidadas que estén y fuera de moda que parezcan, estas sillas podrían llegar a convertirse en unos pintorescos asientos vintage con un simple toque de decoración y bricolaje.
Nuestra idea de hoy se basa en un poco de pintura y unos cuantos retazos de tela para lograr la transformación de estas sillas plegables.
En primer lugar, dado el carácter oxidativo y el tiempo que probablemente lleven abandonadas estas sillas, es conveniente que les des una profunda limpieza, retirando cualquier rastro de pintura antigua, y todo el herrumbre que hayan podido acumular.
A continuación, lo mejor es darle un par de manos de pintura para proporcionarle un toque de vistosidad y alegría. Una buena idea es que utilices colores distintos para cada silla, y así podrás obtener un juego muy vistoso y colorido. En cuanto a las herramientas para pintar, te resultará mucho más cómodo valerte de pintura en spray, pero cuídate de no pintar la zona del asiento, pero sí sus bordes!
Mientras la pintura de las sillas se seca, comienza a confeccionar delgados almohadones que luego aplicarás a las sillas.
Para ello consigue unos cuantos retazos de tela que te permitan forrar un polifón delgado, del tamaño del asiento de las sillas.
Una vez que las sillas se han secado por completo y tengas todos los almohadones listos, puedes proceder a sellarlos a los asientos con un poco de pegamento, o a dejarlos libres como simples almohadones, pero en este caso también deberías pintar los asientos.
Como resultado, obtendrás unas deliciosas sillas vintage, muy coloridas y con un estilo atemporal, que para nada estará pasado de moda.