El ladrillo de pavés, ese ladrillo grueso de cristal con cámara de aire en su interior que simplemente se utilizaba de forma esporádica, para lugares donde la falta de luz requería una solución, ha evolucionado.
El humilde pavés se ha convertido en un elemento decorativo nuevo y refinado que se adapta a las exigencias del lugar y del gusto del que lo elige, sea arquitecto, decorador, albañil o un manitas.
Y es que el mercado lo ha convertido en un elemento de alta calidad, gracias a la abundante variedad de formas, colores y diseños.
Tanto en exteriores como en interiores hay que tenerlo en cuenta.
Mury, un beso